viernes, 18 de julio de 2014

Claves para tener éxito como padres

Diez claves para tener éxito como padres (K. Kvols):

1 ) UTILIZAR MOMENTOS GENUINOS DE ENCUENTRO. En la relación padres-hijos va a ser significativo el hecho de que los primeros tengan dedicación a los hijos, momentos donde de verdad se relacionen, de interacción positiva (aunque sean momentos breves), pero dedicados especialmente a los hijos.

2) UTILIZAR LA ACCIÓN, NO LAS PALABRAS. En la educación de los hijos influyen tanto el modelo de conducta que constituyen los propios padres, lo que los hijos observan; como las palabras de los progenitores, las directrices que éstos dan a los hijos. Pero, aunque ambos elementos determinan, en definitiva, el funcionamiento de la familia, que va a ser lo que de verdad cale en el niño, en la concepcion que éste forme del mismo tendra más peso el primero, es decir, el comportamiento de sus progenitores.

Los padres deben decir lo que tiene y lo que no tiene que hacer el hijo, utilizar la acción y enseñarle cómo debe hacerlo, entrenarle. La palabra es un controlador "a distancia" y sólo puede ser control si es referente de múltiples procesos, no puede sustituir a la acción. Para que el niño haga caso a "Pablito, estate quieto", antes ha tenido que tener relaciones con otros casos donde el niño no ha estado quieto y ha tenido consecuencias.

3) DAR  A LOS NIÑOS MODOS APROPIADOS DE SENTIRSE PODEROSOS (IMPORTANTES). Los niños quieren llamar la atención para que se les tenga en cuenta, quieren sentirse importantes, y la aceptación de sus padres es uno de los reforzadores más demandados y de más valor para un niño.

4) UTILIZAR CONSECUENCIAS NATURALES. Hay que hacer ver cuando las consecuencias son positivas o negativas, pero la consecuencia siempre debe ser natural.

"Has roto el mando de la TV, mañana no te llevo al parque" no es natural. "Has estropeado el mando a distancia, pues ahora cada vez que queranos cambiar el canal te levantas tú" es natural y también podemos considerarla como una consecuencia lógica.

5) UTILIZAR CONSECUENCIAS LÓGICAS. Cosas que tengan que ver con la acción inadecuada, con el mismo tipo de funcionamiento. "Si no has hecho los deberes, esta tarde te quedas una hora más estudiando", dentro de la lógica puede ser natural.

6) RETIRARSE DEL CONFLICTO. Hay situaciones en las que permanecer en un conflicto no tiene sentido (cuando un niño se pone cabezota). Los conflictos artificiosos no sirven para nada y no debemos olvidar que somos adultos de una determinada edad ante un menor.

7) SEPARAR EL HECHO DE QUIÉN LO HACE. No se debe calificar al niño o incluirle en una categoria negativa por una conducta puntual inadecuada. El que un niño tenga, en un momento dado, un mal comportamiento no le convierte en un "niño malo". Si se le califica de tal, es posible que el auoconcepto del niño tienda a aproximarse a esa catalogación y a repoducir comportamientos que la confirmen.

8) SER AMABLE Y FIRME AL MISMO TIEMPO. Es importante, al evaluar una cosa positiva o negativa atender al modo en que se hace y evitar caer en el error de hacerlo de una manera inadecuda: gritando, zaraneando... El acto de la valoración negativa de una conducta no ha de hacerse usando malos modos. Uno puede exigir el cumplimiento de las normas de la mejor manera posible, siendo amable, pues con ello no se pierde firmeza.

9) SER PADRES CON EL FIN EN LA MENTE. Los padres tienen que saber cual es el objetivo que quieren para sus hijos.

10) SER CONSISTENTES. Actitud que debe predominar. Las normas deben mantenerse, estabecerse objetivos e intentar conseguirlos.

Algunos consejos para que los padres construyan una buena relación:

- Mantenerse en contacto. Debemos comunicarnos con nuestros hijos frecuentemente, incluso cuando todo marcha bien.

- Pasar tiempo juntos.  Nos ayudará a construir una buena relación y permitirá que ellos sepan que nos interesan.

- Cumplir las promesas. Esta es una parte importante a la hora de ganarnos su confianza y respeto. Si cumplimos con nuestras promesas, es muy probable que ellos cumplan con las suyas.

- Tratar a los adolescentes como tales. Si bien los adolescentes no son adultos aún, ya no son niños y no se los debe tratar como si lo fueran. No debemos emplear un tono condescendiente con los adolescentes. Debemos ser honestos con ellos. Afirmaciones como: “Eres demasiado joven para saber de eso” faltan el respeto a la capacidad de comprensión del adolescente.

- Ser considerados. Recuerda las fechas especiales. No es necesario que queden señaladas con un regalo o una actividad especial. Solo debemos asegurarnos de que los adolescentes sepan que nos hemos acordado. De vez en cuando, podemos darles a los adolescentes pequeñas sorpresas especiales. Podemos dejarles sobre la cama una nota que exprese cuánto los queremos. O podemos hacerles su comida favorita sin ningún motivo en especial.

- Reconocer los esfuerzos especiales. No debemos subestimar a nuestros hijos. Debemos elogiar sus esfuerzos especiales, por ejemplo, si les ha ido bien en un examen, si han practicado mucho para un juego o una actuación o si hayan sido particularmente amables con alguien.

- Decirles que los queremos. ¿con qué frecuencia nos tomamos tiempo para decírselo? Debemos decirles cuánto los queremos todos los días.

- Brindar apoyo.  Debemos escucharlos y brindarles comprensión.

- Evitar las burlas hirientes. A veces nos burlamos de las personas de formas que las menosprecian. Debemos evitar burlarnos de esta manera de nuestros hijos, especialmente frente a otras personas. Es muy hiriente.

- Usar el humor y divertirse. Podemos bromear con nuestros hijos y estar dispuestos a burlarnos de nosotros mismos a veces. Bromear un poco fomenta una relación positiva.

- Valorar los puntos fuertes. Debemos aceptar a nuestros hijos por lo que son. Afirmaciones como: “¿Por qué no puedes ser como tu hermano mayor?” o “Tu hermana nunca me dio tantos problemas” no ayudan a que mejore. Estos comentarios solo harán que se sienta mal. Debemos reconocer los puntos fuertes y asegurarnos de que nuestros hijos lo sepan.

- Dar participación a nuestros hijos en la fijación de límites y la creación de reglas. Como padres, debemos ayudar a nuestros hijos a imponer límites y a vivir bajo ciertas reglas. Podemos brindarles un rol activo en la decisión de cuáles son esos límites y reglas.

 - Ser auténticos. Por medio de una comunicación abierta y frecuente con nuestros adolescentes, podrán relacionarse con nosotros como personas que realmente se preocupan por su bienestar. También debemos ser educados. Simples detalles de cortesía, como decir “por favor” y “gracias” y ayudar en pequeñas cosas demuestran en buena medida cuánto los queremos. Los buenos modales básicos demuestran cariño y respeto. Y si demostramos respeto, lo obtendremos a cambio.

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