viernes, 16 de enero de 2015

Sobre el trastorno mixto ansioso-depresivo

Este trastorno describe a los pacientes con síntomas tanto de ansiedad como de depresión que no cumplen los criterios diagnósticos del trastorno de ansiedad ni del trastorno del estado de ánimo. A veces se utiliza este diagnóstico en atención primaria, y se emplea también en Europa; a veces denominado NEURASTENIA.

En unas ocasiones, los síntomas de ansiedad se hallan presentes en los trastornos depresivos de modo subsindrómico. Así, es frecuente encontrar entre los síntomas depresivos rumiaciones obsesivas, ansiedad, preocupaciones somáticas y fobias. A su vez, los trastornos de ansiedad también presentan con frecuencia síntomas depresivos sin llegar a alcanzar el umbral de un trastorno depresivo.

Las consecuencias de la ansiedad en la depresión clínica son importantes. En los pacientes depresivos con mayor puntuación en síntomas ansiosos en las escalas clínicas, la depresión es más grave, más incapacitante, la recuperación más lenta, tiene un peor desenlace y existe una peor respuesta terapéutica. Otra consecuencia bien establecida en los estudios es el elevado riesgo de suicidio de la depresión ansiosa. [Doctor Camilo Valle Fernández. Jefe de Sección de la Unidad de Internamiento del Hospital Universitario de La Princesa. (Salud Global. Año II. Numero 3, 2002)].

Se deben tener en cuenta una serie de recomendaciones para este tipo de pacientes: evitar excitantes, alcohol y otras drogas. No tomar decisiones importantes mientras se mantenga deprimido (negocios, familiares, laborales, etc.).  No debe permanecer en la cama más allá de 8 horas al día. Aunque no duerma la posición de decúbito interfiere sobre los ritmos biológicos y deteriora el sueño nocturno. Reconsiderar el estilo de vida y modificar en la medida de lo posible todas las actitudes que provocan estrés permanente y que contribuyen al mantenimiento de la depresión y la ansiedad: exceso de trabajo, excesiva competitividad, no comunicación de los problemas, conflictos familiares, hábitos solitarios, alejamiento de la comunidad, etc. (Soler, P. y Gascón, Camilo (1994): “Recomendaciones Terapéuticas Básicas en los Trastornos Mentales”. Masson: Barcelona).

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