viernes, 24 de enero de 2014

Inteligencia Emocional

¿Por qué personas extremadamente inteligentes no tienen éxito en la vida? Desgraciadamente la inteligencia no nos da la experiencia ni la preparación necesaria para "sobrevivir" en el día a día o salir airoso de todos los baches que se nos pueden presentar. En ocasiones, personas muy inteligentes fracasan una y otra vez en determinados aspectos de su vida (familia, pareja, amigos, trabajos, etc).

Sin embargo, seguro que todos conocemos a alguien con éxito, un triunfador de la vida, pero ¿nos hemos parado a pensar que tiene? No, la respuesta correcta no es "dinero". Probablemente, si le observamos bien encontraremos cualidades tan importantes como el autocontrol, la automotivación, el control de sus emociones, la destreza social y la empatía entre otras. Esta persona es inteligente emocionalmente, conoce sus emociones, las regula y las usa en su propio beneficio. Citando a Aristóteles, podríamos decir que tiene "la infrecuente capacidad de enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto".

Thorndike, ya en 1920, utilizó el término Inteligencia Social para describir la habilidad de comprender y motivar a otras personas. En 1990 Peter Salowey y John Mayer utilizan el termino Inteligencia Emocional entendida como la capacidad  de controlar y regular  los sentimientos de uno mismo y de los demás y utilizarlos para guiar el pensamiento y las acciones, la habilidad para comprender emociones y equilibrarlas.

Según Daniel Goleman, los componentes de la Inteligencia Emocional incluirían tanto habilidades internas, tales como el autoconocimiento, la motivación y el control de las emociones; como habilidades externas, entre ellas la empatía y las habilidades sociales, que engloban aptitudes relacionadas con la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal.

- Conciencia propia (autoconciencia o autoconocimiento): conocimiento de las propias emociones, de uno mismo, en un momento concreto, definiendo unas cirsunstancias internas y externas, que nos ayudará a comprender mejor nuestros sentimientos y el porqué pensamos, sentimos, nos conportamos y nos relacionamos de una forma concreta. Enumeramos las emociones básicas:
       - Ira: rabia, enojo, cólera, furia.
       - Tristeza: desconsuelo, melancolía, pena, nostalgia.
       - Miedo: inseguridad, temor, terror, pánico.
       - Alegría: entusiasmo, gozo, satisfacción, euforia.
       - Desprecio: aversión, disgusto, asco, repulsa.
       - Vergüenza: rubor, timidez, culpa, humillación.
       - Sorpresa: asombro, fascinación, desconcierto.

- Control de las emociones (autocontrol): capacidad para gestionar de forma correcta nuestras emociones, sin permitir que sean ellas las que nos controlen y adecuar nuestros sentimientos a las situaciones. Conlleva un mejor manejo de la frustración, del estrés y de la ira. Se trata de que todas las emociones, tanto las negativas como las positivas, se experimenten y se expresen de forma adecuada.

- Automotivación: de qué manera puedo aprovechar mis emociones para conducir mi energía en una dirección específica y para un fin determinado. Robbins (1999) define la motivación de la siguiente forma: “Es lo que impulsa a una persona a actuar de determinada manera o, por lo menos, que origina una propensión hacia un comportamiento específico. Ese impulso puede ser provocado por un estímulo externo al individuo, o puede ser generado internamente. Es un proceso que conduce a la satisfacción de algo”.

- Empatía: reconocimiento y comprensión de las emociones de los otros, capacidad de ponerme en su lugar o asumir un punto de vista ajeno a mi. Las personas con una mayor capacidad de empatía son las que mejor saben "leer" dentro de los demás, siendo capaces de captar una gran cantidad de información sobre otra persona a partir de su comunicaión no verbal, sus palabras, el tono de su voz, su postura, su expresión facial, etc.

- Habilidades sociales: capacidad de ejecutar una conducta de intercambio con resultados favorables, de interactuar con el entorno de manera aceptable. Serían un ejemplo de estas habilidades: la asertividad (cualidad de una persona que expresa con facilidad y sin ansiedad su punto de vista y sus intereses, sin negar los de los demás),
la comunicación (proceso por el cual los individuos condicionan recíprocamente su conducta en una relación interpersonal), el liderazgo (habilidad que le permite a un individuo el empleo de los recursos de poder necesarios para influir en las conductas de los miembros del grupo) y la resolución de conflictos (capacidad para afrontar las críticas y utilizarlas de manera constructiva).

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