lunes, 7 de junio de 2021

DUELO, COMO SUPERAR UNA PÉRDIDA…

Cualquier emoción que pueda experimentar un ser humano tiene una finalidad, aunque en el momento que la sentimos no podamos entender su presencia o pueda parecernos innecesario el malestar que tenemos. La tristeza aparece para que nos demos cuenta de la pérdida de algo o alguien importante para nosotros. El enfado para darnos la energía suficiente para intentar modificar lo que nos hace daño. La culpa nos invita a la acción de cambio. La pérdida de un ser querido es un hecho que para cualquier persona resulta una circunstancia triste y dolorosa y a la que tarde o temprano cualquiera tiene que enfrentarse a lo largo de su ciclo vital. El hecho de saber o intuir lo que duele perder algo o alguien importante para nosotros no nos vacuna ni previene de ese dolor ni de la necesidad de hacer un duelo. Si que es posible que saber en qué consiste un proceso de duelo, como podemos sentirnos o que emociones es normal experimentar nos ayude a ubicarnos en el proceso, a gestionar la pérdida y a intentar desarrollar estrategias útiles de afrontamiento. El duelo en la reacción esperable o respuesta normal y saludable a una pérdida. Es una circunstancia que necesita de un tiempo y de un proceso de afrontamiento para poder integrar y aceptar la pérdida. No solamente la muerte de un ser querido requiere un proceso de duelo, es habitual en procesos de divorcio o rupturas de relaciones (familiares, amistades...), pérdida del puesto de trabajo o del estatus socioeconómico, cambios drásticos en la vida de las personas (jubilación, enfermedades crónicas o terminales). Antiguamente se planteaba el duelo como un proceso más o menos lineal con una serie de etapas características: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Hoy se sabe que no todas las personas necesitan experimentar todas la etapas ni de la misma forma para realizar su proceso. Actualmente muchas de las consultas que recibimos a diario en nuestro centro son por un duelo o por el sentimiento de tristeza experimentado ante una pérdida, ahora más acrecentado por la pandemia de la COVID-19. Esta enfermedad infecciosa causada por el coronavirus es una de las principales causas de muerte en nuestro país, con una elevada incidencia también a nivel mundial. Son numerosos los casos desde que se destapara esta epidemia en los que los pacientes presentan problemas para resolver el proceso de duelo, en algunos casos quedando atascados en una primera etapa de incredulidad al no haber podido ver al familiar o en un proceso de culpa mal gestionado (“no he podido acompañarle”, “ha fallecido sola”, “no le he dicho todo lo que sentía”, “no me han dejado despedirme”). La principal labor del terapeuta en estos casos será el acompañamiento en el proceso y la ayuda a la ventilación emocional y el entendimiento de que las emociones negativas (tristeza, enfado, miedo, rabia, injusticia, frustración, impotencia) son normales en estos casos. El paciente deberá a aceptar que es normal ante una pérdida importante sentir una inestabilidad emocional y que el proceso no es lineal. En el caso de los fallecimientos por COVID19 el proceso de duelo puede verse alterado y también las fases y su duración, no siendo por ello inviable la realización del mismo. Si una emoción se ha visto acentuada en estos casos sin duda se trata de la culpa, que como decíamos al principio puede cumplir su función, la motivación para la acción, o en ciertos casos mal gestionada o utilizada bloquearnos o incluso llevar a paralizarnos por completo.

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