lunes, 5 de septiembre de 2016

Síndrome de Alienación Parental (SAP)

Dicho síndrome caracteriza a los hijos manipulados por uno de los cónyuges (progenitor alienador) para odiar al otro (progenitor alienado), con la finalidad de destruir, obstaculizar o impedir los vínculos con este último y, por lo general, tiene lugar durante o después de un proceso de separación. Dicho síndrome también puede ser provocado por algún familiar cercano a los progenitores (tíos, abuelos, etc).  Por el momento no está clasificado como trastorno. Ni la APA (Asociación Americana de Psiquiatría) ni la OMS (Organización Mundial de la Salud) lo reconocen como tal. La OMS en su clasificación DSM-V continúa sin incluirlo como diagnóstico con ese nombre, aunque si recoge diversos nuevos diagnósticos que guardan relación con el concepto de alienación parental, como por ejemplo: problema relacional entre padres e hijos (explica que cuando existen problemas entre padres e hijos los problemas cognitivos pueden incluir atribuciones negativas de las intenciones de otro y sentimientos injustificados de distanciamiento), maltrato psicológico infantil (definido como actor verbales o simbólicos no accidentales de los padres o cuidadores que causan un daño psicológico significativo en el niño), niños afectados por angustia de relación parental (para diagnosticar cuando sean objeto de atención clínica los efectos negativos de la discordia en la relación parental, como por ejemplo, altos niveles de conflicto , angustia o menosprecio).

Pero, con todo, se pueden observar en los menores que lo padecen un conjunto de síntomas característicos: odio patológico e injustificado al progenitor alienado, rechazo de su figura o devaluación de la imagen que tienen de él, siempre sin explicaciones o razones coherentes y basándose en fundamentos absurdos. Todo este proceso comienza con lo que se denomina "lavado de cerebro" del menor parte del progenitor alienador.

Por parte de los padres, son síntomas de alerta:
- Insultar o desvalorizar al otro progenitor.
- Obstaculizar, interferir o impedir el derecho de convivencia con el otro.
- Implicación del resto de entorno familiar en los ataques al excónyuge.
- Subestimar o ridiculizar los sentimientos de los niños hacia el otro progenitor.
- Incentivar o premiar la conducta despectiva o el rechazo hacia el otro progenitor.
- Castigar las conductas o comentarios favorables hacia el otro progenitor.
- Influir en los niños con mentiras sobre el otro progenitor.

Este síndrome es considerado una forma de maltrato infantil. Se debe tener en cuenta que, independientemente de quién ostente la guarda y custodia, el menor tiene derecho a disfrutar de ambos progenitores y que, tanto uno como otro, tienen la obligación de salvaguardar los derechos y necesidades físicas, psicológicas y emocionales del menor.

Este tipo de manipulación del menor puede tener consecuencias importantes para él a nivel psicológico: trastornos de ansiedad, trastornos del sueño o de la alimentación, trastornos de conducta (agresiva, de evitación), dependencia emocional.

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