jueves, 7 de noviembre de 2013

Sobre lo que significa ser psicólogo, para un psicólogo

Queremos compartir con vosotros este post que nos ha encantado "Sobre lo que significa ser psicólogo, para un psicólogo". Está extraído de una página de facebook sobre psicología y no tenemos muy claro quien es el autor para solicitarle permiso en compartirlo, pero creemos que merece la pena hacerlo por su genialidad. http://escribedav.wordpress.com/2013/04/01/sobre-lo-que-significa-ser-psicólogo-para-un-psicólogo/

Sobre lo que significa ser psicólogo, para un psicólogo.
¿Qué es ser un psicólogo?
Un psicólogo es alguien tan perdido como tú en la vida. Sólo que tiene una linterna y un mapa, además de valentía para acompañarte. Un psicólogo tiene que soportar que la gente hable de Psicología, sin tener la menor idea al respecto. Es de las profesiones más mitificadas del mundo, casi nadie ha leído el “Código de Ética del Psicólogo” pero casi todo el mundo habla de lo que debería ser o no hacer un psicólogo.

Un psicólogo es una persona normal, fuma, bebe, baila, ama, tiene sexo, igual que todos. Como en todas las profesiones, hay apáticos, drogadictos, arrogantes, corruptos, faltos de ética, entre otras actitudes nefastas, pero también hay psicólogos excepcionales, inquietos por naturaleza, con personalidades exquisitas. Tal cual, como ser humano, nada le es ajeno y en lo humano, la perfección no existe.

Sobre el psicólogo pesa el miedo de la sociedad. Todo el mundo sabe que el psicólogo ve lo que nadie ve, eso da temor. Un psicólogo generalmente dice lo que no deseas escuchar. Esa es una labor titánica y siempre mal retribuida emocionalmente. Dentro de esta sociedad el psicólogo es siempre un último recurso, antes se consulta: el chamán, el sacerdote, el médico, el pastor, el brujo… Cuando en realidad debería ser el primero. Un psicólogo no sabe la verdad de la vida, no tiene fórmulas exactas no es químico, tampoco es adivino, menos telépata. El psicólogo es científico. Aunque no siempre tiene razón, pero siempre busca la verdad y la razón. Es un explorador, un investigador por convicción.

La diferencia entre una persona que estudia Psicología y la que no, radica en su relación con su sombra, un psicólogo juega con su sombra. Un psicólogo es su propio instrumento de trabajo. Un psicólogo nunca lo sabrá todo, pero puedes jurar que nunca dejara de buscar saberlo todo.

Sólo un apunte a añadir en estas palabras: cuando decimos que un psicólogo es igual que todos pero lleva una linterna, debemos tener en cuenta que ve lo que otros no ven, y que eso a veces es muy duro porque se da cuenta de las cosas que van mal en otras personas, y no puede hacer nada por remediarlo. Como bien dice el texto, el psicólogo es la última persona a la que se recurre. Y a veces ya es demasiado tarde. Lo peor es cuando sabes que hay esperanza pero las personas no quieren reaccionar, y ves cómo van empeorando día a día.

Aunque no lo creáis, el psicólogo es como esa persona que ha salido de Matrix y conoce el mundo real: puede ver lo que otros no ven, y eso puede llegar a volverlo loco. No es más capaz de solucionar su vida que los otros, porque mirarse a sí mismo, por muy psicólogo que uno sea, es algo tremendamente complicado. Si a los demás les molesta que les digan verdades que no les gusta, imaginad lo que le molesta a un psicólogo decírselas él mismo.

Por eso un psicólogo puede ser igual de infeliz que cualquier otra persona. Por eso no somos dioses, ni la solución definitiva a los problemas. Sólo somos personas con un poco más de idea de qué les pasa al resto que ellos. Podríamos ayudar, pero como personas, también tenemos nuestras limitaciones, igual que vosotros, y también cargamos nuestras cruces, como vosotros.

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